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Nuevas tecnologías Banda ancha para servicios de emergencia

Los cuerpos y agencias de seguridad pública y atención de emergencias tienen unas demandas muy exigentes en sus comunicaciones: requieren que sean seguras y fiables, precisan una alta calidad de audio para que las instrucciones se reciban de forma clara y precisa, necesitan estar disponibles en todo momento y que la cobertura esté garantizada en cualquier punto de su área de operación. Es importante asimismo que los equipos presenten la mayor durabilidad a los entornos y situaciones de uso más hostiles, y aporta gran valor que sus sistemas sean capaces de integrar la información de contexto para ayudar en el proceso de toma de decisiones a los responsables de los centros de control y comando.

Ante la progresiva introducción de las tecnologías de banda ancha en el mundo de la radio profesional, cabe preguntarse cómo pueden éstas dar respuesta a estos requisitos y qué pueden aportar a los usuarios.

El análisis parte de cómo se da respuesta actualmente a las necesidades de los usuarios de seguridad pública y atención de emergencias. A día de hoy, la necesidad clave para este tipo de agencias son los servicios de voz, fundamentales en su operación, y los servicios de datos cortos, que permiten transmitir información precisa y concisa, como los datos de posición GPS. Ambos servicios están disponibles gracias a las tecnologías de banda estrecha, como TETRA.

Estos servicios de datos cortos comienzan a ampliarse más allá, con la necesidad acceso a información para lo que no se requiere banda ancha pero sí una mayor capacidad. Es el caso por ejemplo del acceso a bases de datos y a correo electrónico, o el envío y recepción de archivos de imagen, servicios que de igual modo, son soportados por la tecnología TETRA.

Y aunque en el momento actual, no es una necesidad prioritaria para la operación este tipo de agencias, lo cierto es que cada vez empiezan a ser más demandados otros servicios como el acceso al vídeo en tiempo real, o a la información de contexto: mapas, puntos de interés, planos de edificios… tanto en campo como integrado con los sistemas de despacho y atención de emergencias.

Para atender estas necesidades sí se requiere de capacidades banda ancha. “Al final todo esto no es más que un reflejo de la evolución de nuestro mundo conectado; al igual que cualquier ciudadano tiene acceso a diferentes fuentes de información a través de su smartphone, también los usuarios de Seguridad pública necesitan y deben estar conectados”, explica Raquel Frisa, senior Product Area manager de Teltronic.

Así, el futuro de la seguridad pública requerirá de la contribución de tecnologías de banda ancha para disponer de servicios como la videovigilancia en tiempo real. Esta va necesariamente ligada a ciertas aplicaciones relacionadas con su análisis (detección e identificación de matrículas, análisis facial, videovigilancia desde equipos no tripulados) así como a la inteligencia de datos necesaria para analizar la información que se pueda obtener a través de elementos como sensores o dispositivos personales.

“Hay un ecosistema de aplicaciones y de oportunidades por explorar que empiezan a perfilarse a través de diversos escenarios de pruebas de concepto, pero que necesitan ser implantadas y aseguradas con unas redes banda ancha seguras, de calidad, capaces de garantizar niveles de servicio y disponibilidad suficiente para que de verdad pueda ser usado en un entorno real de operación por parte de las agencias de Seguridad Pública”, asegura Frisa.

Evolución del estándar

Para que esto llegue a suceder, es necesario que la estandarización de las tecnologías banda ancha incluyan también en su alcance modelos de prestación de servicio. En este este sentido, el organismo responsable de definir el estándar de las redes celulares, 3GPP, está trabajando en un conjunto de especificaciones (agrupadas bajo el epígrafe de misión crítica), que además de establecer qué características específicas deben ofrecer las redes celulares tales como seguridad o autenticación, también defina cómo se pueden prestar los servicios con características de misión crítica.

En esta línea de trabajo, en la Release 13, se empezaron a sentar las bases de este estándar, focalizándose en lo que se conoce como MCPTT (Mission Critical Push-to-Talk), y haciendo un recopilatorio de cómo los servicios de voz debían cumplir con los requisitos de misión crítica (gestión de prioridades, comunicaciones de grupo, etc.) que hasta entonces no estaban definidos sobre redes celulares.

En sucesivas versiones, el estándar siguió introduciendo nuevas prestaciones y servicios, incorporando el vídeo y los datos, perfilando así una funcionalidad que sirva de base para construir un nuevo ecosistema de proveedores de soluciones que den verdadera respuesta a los usuarios de seguridad pública sobre infraestructuras banda ancha 3GPP.

En el momento actual, se está trabajando en la Release 17, y se puede decir que está bien definido cómo se han de prestar los servicios de voz, datos y vídeo de misión crítica, y se sigue avanzando en otros aspectos auxiliares pero necesarios como son los procedimientos de seguridad aplicados en las comunicaciones, o la estandarización de las pruebas de conformance que garanticen una interoperabilidad real entre fabricantes de infraestructura, terminales y aplicaciones, así como en definir cómo se realiza la interconexión con los sistemas de banda estrecha actualmente en operación (como TETRA) para garantizar un proceso de migración o de convivencia en entornos híbridos.

“Garantizar la interoperabilidad es un aspecto clave en el desarrollo de la banda ancha para este mercado”, asevera Raquel Frisa. En este sentido, desde el 3GPP hay un grupo de trabajo centrado específicamente en definir estas pruebas, y desde el ETSI (European Telecommunications Standards Institute) se están organizando una serie de plugtest focalizados en los servicios de misión crítica, cuyo objetivo es sentar las bases de lo que son los procedimientos de interoperabilidad que ya están maduros en otras tecnologías.

“Es una línea de trabajo esencial. Garantizar la interoperabilidad no solo servirá para dinamizar la creación de nuevas soluciones por parte de los fabricantes, sino que además será clave para disponer de un mercado competitivo y abierto, que anime a las agencias de seguridad pública a invertir en este tipo de soluciones, con el aval de estar sustentadas en estándares abiertos multi-fabricante”, resume Frisa.

Legislación y espectro

También en el ámbito de la regulación del uso del espectro se están dando pasos para que las redes banda ancha de seguridad pública y emergencias con espectro dedicado sean una realidad en el medio plazo. Así, por ejemplo en Europa hay tres grandes bandas que son la referencia mayoritarias en los países que están estandarizando: la banda 68, la banda 28 (ambas en 700MHz), y la banda 31.

En América Latina y Norteamérica también 700 MHz es la referencia, estableciéndose slots en la banda 28 en América Latina y banda 14 en Estados Unidos y Canadá. También en Asia varios países han reservado la banda 28. De esta forma, todos los países están siguiendo las recomendaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y están regulando y reservando estas bandas para las futuras redes de comunicación banda ancha para seguridad pública y emergencias.

Hacia un nuevo modelo de operación

La irrupción de fenómenos como la realidad aumentada, el uso de drones o la Inteligencia artificial van a cambiar para siempre la forma en la que las agencias de seguridad y atención de emergencias desarrollan su labor, una vez que el ecosistema tecnológico que las soporta se está configurando y que los equipos ofrecen un mayor rendimiento y son, además, más accesibles.

El uso de las cámaras personales, por ejemplo, ha supuesto un importante avance para la labor de los agentes, ya que permiten el registro de la evidencia de la operación policial. Esta, combinada con la tecnología LTE permite además su transmisión en tiempo real al centro de control desde donde se puede seguir la operación de manera simultánea, pero yendo más allá, introduciendo IA, se convierte en una herramienta de apoyo fundamental, capaz de detectar y analizar por sí misma lo que sucede alrededor y alertar de posibles situaciones de riesgo que puedan pasar inadvertidas al propio agente.

La combinación de imágenes de cámaras fijas, drones e incluso satelitales, sumada a la utilización de sensores geotécnicos, y todo ello sometido a un proceso de análisis por parte de una inteligencia artificial sobre todas las imágenes y los datos recibidos, ya está sirviendo a los servicios de respuesta a emergencias para identificar las zonas de mayor riesgo y dar una respuesta más eficaz en casos de desastres meteorológicos, terremotos o incendios.

Son solo unos ejemplos, pero son herramientas que ya se están empezando a aplicar en escenarios de seguridad pública y atención de emergencias, y que están demostrando que las nuevas tecnologías pueden contribuir de manera decisiva a mejorar la labor de este tipo de agencias.